Siendo yo estudiante aventajado de sus conocimientos y anécdotas, tengo que ponerme presente y desearle que el Ser Supremo me lo conserve por mucho tiempo y que siga brindando esa cantera de conocimientos a las nuevas generaciones de la ciudad de New York y el mundo.
Que bueno que en esta ciudad existe un Ser Humano con los conocimientos que usted tiene sobre la música y el folcore, no solo dominicano, sino, universal.
A los sesenta apenas se comienza la Segunda Edad, o sea, que llegaremos a la Tercera Edad tranquilito.
Profesor un abrazo y recuerde que lo aprecio, lo estimo y lo quiero un paquetón.
De su alumno Raymond Abad.
Foto cortesia de Isaias Amaro.
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