domingo, 8 de agosto de 2010

El Salón del Aislamiento

por Buster Olney

Mark McGwire es el primer pelotero que haya usado esteroides y que haya sido candidato al Salón de la Fama, y el toletero que ha conectado más jonrones que nadie, excepto Alex Rodriguez y otros siete peloteros nunca ha sacado más de 25 por ciento de los votos en la boleta.

En algunas partes, hay una presunción de que el tiempo suavizará la actitud de los escritores de béisbol hacia los jugadores que admitieron haber usado sustancias para mejorar el rendimiento. En algunas partes, hay una presunción de que las nuevas generaciones de escritores verán un Salón de la Fama que no tenga a Barry Bonds o a Roger Clemens or McGwire o Rodríguez y que algún día dejarán entrar a esos jugadores.

Sin embargo, eso no va a suceder mientras vivamos, a menos que haya una dramática alteración de los procedimientos de votación.

Es evidente que entre los escritores más viejos hay un movimiento signicativo e inamovible para nunca votar por jugadores que sean al menos sospechosos de haber utilizado sustancias para mejorar el rendimiento, y todo lo que se requiere para evitar que un jugador entre al Recinto es el 25 porciento más uno votando "No."

Muchos de los votantes más jóvenes -- aquellos que comenzaron a cubrir el deporte en el 2002 o 2003 -- solo tendrán conocimiento de primera mano de una institución de béisbol que ha trabajado de forma diligente para erradicar el uso de sustancias para mejorar el rendimiento. Ellos no habrán experimentado el contexto completo, de haber visto a la institución condonar efectivamente el uso de esas drogas al ignorar el problema creciente por unos 15 o 20 años.

A través del tiempo, ese contexto de un deporte lleno de píldoras y jeringas se perderá. La realidad que muchas de las estrellas máximas probablemente usaron drogas para mejorar el rendimiento se desvanecerá en la historia. Los jugadores que ya han sido sacados de la alineación de esteroides -- como Bonds, McGwire, Clemens y Rodríguez -- se van a aislar aún más. Muchos de sus mejores pares entrarán al Salón de la Fama a persar de haber sido usuarios porque, en muchos de esos casos, ellos fueron lo suficientemente afortunados de no haber tenido como compañero a un delator como José Canseco.

Si Bonds, McGwire, Rodríguez y otros pasan 15 años sin ser electos por los escritores, su destino del Salón de la Fama caerá en las manos de quizás el único cuerpo que está tomando una postura más agresiva contra las sustancias para mejorar el rendimiento que los escritores -- los ex jugadores en el comité de veteranos, algunos de los cuales sienten rabia acerca de la forma en que los viejos estándares de logros han sido obscurecidos.

Yo voté por McGwire, y voy a votar por Clemens y Bonds y Rodríguez, porque dentro del contexto de su era -- una época en la que la mayoría de los mejores jugadores estaban probablemente utilizando esteroides -- ellos fueron los mejores jugadores.

Y sin el beneficio de tener algo cercano al conocimiento completo de quien utilizó qué, y cuando lo usó, pienso que el único estándar justo y consistente es el no votar por ninguno de la era de los esteroides, o dejar a un lado la cuestión de quien usó qué y solo votar por los mejores jugadores.

Pero ese punto de vista es compartido por la minoría dentro de los votantes en la Asociación de Escritores de Béisbol. Y eso significa que Rodríguez, un usuario confeso de sustancias para mejorar el rendimiento, nunca va a entrar al Salón de la Fama, aunque batee 600 jonrones o 6,000.

Rodriguez está bien consciente que su vinculación con las sustancias para mejorar el rendimiento nunca se va a desvanecer, según escribe George Vecsey. Con A-Rod, la cosa siempre es complicada, según escribe Mike Lupica. A-Rod no puede alterar el pasado, pero sí puede alterar su imagen, según escribe.

Bonds felicitó a Rodríguez, según escribe Brian Costello.

El talento de A-Rod es innegable, según escribe Richard Griffin.

El guardia de seguridad que logró atrapar la pelota del jonrón No. 600 se sintió emocionado .

Shaun Marcum se había venido sintiendo bastante enfermo antes de permitir el HR 600 de A-Rod, según escribe Mike Rutsey; si no tienen idea del tipo de competidor que es Marcum, lean esta historia. Él no es del tipo de persona que concede nada.

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