El profesor Ralph Steinman, quien obtuvo esta semana el premio Nobel de Medicina, falleció en su casa en Nueva York tres días antes de que se diera a conocer el anuncio.
Su investigación sobre el sistema inmune por la cual obtuvo el galardón, también formó parte de un heterodoxo experimento para salvar su propia vida, como relata para la BBC el periodista científico Brett Norman, quien conoció al investigador.
Cuando Ralph Steinman supo que tenía cáncer de páncreas, el tenaz inmunólogo puso a prueba el trabajo de toda su vida.
El científico lanzó un experimento de "vida o muerte" en la forma más personal de la medicina personalizada.
Por una coincidencia desafortunada se le había diagnosticado cáncer, una enfermedad que podía beneficiarse de las terapias que durante toda su vida había investigado.
A menudo la investigación médica avanza a un paso sumamente lento y riguroso: los estudios con células llevan a estudios con modelos animales pequeños que llevan a modelos animales más grandes, que eventualmente conducen a ensayos clínicos en humanos altamente selectivos.
Pero Ralph Steinman no contaba con esa cantidad de tiempo.
Con lo que sí contaba, gracias a su posición como investigador en la Universidad de Rockefeller, en Estados Unidos, era con las mejores instalaciones del mundo, tecnología de punta y algunas de las mentes más brillantes de la comunidad médica.
Así que Steinman decidió convertir a su propio organismo en un último experimento.
El científico había sido sometido a una extracción de parte del tumor que eventualmente lo mataría, y "entrenó" a sus células inmunes para rastrear cualquier rastro del tumor que hubiera escapado a la cirugía.
Con su experimento, logró sobrevivir cuatro años y medio después del diagnóstico de una forma de la enfermedad que a menudo mata a la vasta mayoría de pacientes en menos de un año.
Y hasta el final Steinman continuó trabajando en su laboratorio.
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