CIUDAD DE MÉXICO, 1 de octubre.- Dejó de combatir contra las momias, también contra los vampiros, pero su corazón de león sigue presente en el recuerdo de miles de mexicanos que disfrutaron de sus películas. Gaspar Henaine Capulina, El rey del humorismo blanco, falleció ayer dejando un legado de más de 50 años de trayectoria artística, que incluyó la realización de más de 80 películas y cuatro programas de televisión.
A consecuencia de complicaciones por una cirugía de úlcera duodenal, originada por una úlcera gástrica, el actor dejó de existir ayer a los 85 años, luego de permanecer dos semanas en el hospital Médica Sur. De acuerdo con su nieta, Erika Henaine, El rey del humorismo blanco, quien este año recibió el premio al Orgullo Hispano, el cual le fue entregado en su casa de Cuernavaca, Morelos, murió a causa de una neumonía.
De ascendencia libanesa, el comediante, que utilizaba un sombrero negro con un agujero y un traje mal abotonado, tomó su nombre artístico de la perrita Capulina a la cual imitaba, moviendo la colita en un espectáculo.
La historia de este cómico, cuyo sello distintivo fue nunca utilizar groserías o doble sentido para hacer reír al público, comenzó el 6 de enero de 1926 en Chingnahuapan, Puebla, lugar en el que nació y donde vivió hasta los seis años para después emigrar a la Ciudad de México, junto a toda su familia.
Tras una década viviendo en la capital, a la edad de 17 años inició lo que sería una espectacular trayectoria artística como cantante en los grupos Los Excéntricos de los Ritmo y Los Trincas, con quienes fue sumamente exitoso en los estudios de la XEW.
La suerte quiso que en esos pasillos conociera a Marco Antonio Campos Viruta, quien fue su compañero durante 14 años y con quien hizo reír a chicos y grandes durante muchas generaciones a través de diversas películas. Juntos conformaron el dúo Viruta y Capulina, que cosechó diversos triunfos en taquilla con cintas como Dos meseros majaderos y Cada quien su lucha, ambas de 1966.
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