Aseguran que es la mayor operación de trasplante de cara jamás realizada. La intervención, llevada a cabo en la Universidad de Maryland, le dio a Richard Norris un nuevo rostro, incluida una mandíbula, dientes y lengua.
El paciente, de 37 años, había vivido en reclusión durante 15 años tras haber resultado herido de gravedad en un accidente con un arma en 1997. Desde entonces, llevaba una máscara siempre que salía al exterior.
La operación fue financiada por la Marina de Estados Unidos, que espera poder utilizar esta técnica para ayudar a las víctimas de Irak y Afganistán.
Los cirujanos trabajaron durante 36 horas en la intervención y aseguraron que el trabajo completo llevará 72 horas y se utilizarán órganos de cinco pacientes diferentes, incluido el propio Norris, quien había perdido la nariz, los labios y sólo tenía movilidad limitada en la boca.
"En el tercer día del postoperatorio me dijo que podía oler por primera vez en 15 años, que es algo que tendemos a olvidar", dijo a la BBC el cirujano jefe encargado del transplante, Eduardo Rodríguez.
"Básicamente retiramos todo lo que estaba deformado, lo que incluía la piel de la frente, la nariz reconstruida y la mandíbula, que fueron todas reconstruidas a partir de partes del tejido del cuerpo que no eran normales".
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