Escrito por: CRISTIAN NATANAEL CABRERA (c.cabrera@hoy.com.do)
Raysa Otáñez y su hija Rairub Torres Otáñez pisaron anoche su tierra, justo a las 8.27. Fueron recibidas por familiares, amigos y miembros de su comunidad cristiana. Los abrazos y las lágrimas no se hicieron esperar. Venían de una experiencia única, del naufragio de una ciudad flotante, el crucero “Costa Concordia”, que zozobró el viernes frente a la isla italiana del Giglio y dejó un saldo al menos 11 personas muertas y una veintena de desaparecidos.
“Yo pensé que ese era el final de mis días, de una vez empecé a clamar a Dios para que me iluminara y me pusiera en calma y así logramos salir adelante”, estas palabras corresponden a Raibub Torres Otáñez, la joven que junto a su madre Raysa Otáñez sobrevivió cuando el crucero Costa Concordia zozobró, en la isla de Giglio, región de Toscana, de Italia.
Eran las 8:27 p.m. cuando madre e hija recibían los abrazos y saludos de sus familiares y amigos que fueron a recibirlas al Aeropuerto Internacional de las Américas. “Todo el tiempo ellos decían que era un problema eléctrico, que era una falla energética y que estaban resolviendo el problema, pero al sentir el barco cómo se estaba meneando hacia un lado le dije: mami vámonos que estos no son problemas de energía”, continuó narrando Raibub.
Una vez llegaron hasta donde estaban las balsas, tuvieron que esperar dos horas sin saber porqué no los embarcaban, hasta que luego se enteraron que el capitán, al que esperaban para que diera la orden, ya los había abandonado.
Leer más
No hay comentarios:
Publicar un comentario