La mandataria argentina Cristina Fernández de Kirchner no padecía de cáncer de tiroides, como se temía antes de la operación a la que fue sometida.
La presidenta recibió el alta médica del hospital Austral en el helicóptero presidencial que la trasladó a su residencia de Olivos, en las afueras de Buenos Aires.
Fernández fue hospitalizada, el pasado miércoles, con un diagnóstico de carcinoma papilar en el lóbulo derecho de su glándula tiroidea, lo que obligó a practicarle una tiroidectomía total.
El portavoz oficial dijo que nuevos estudios revelaron que los nódulos que se le habían detectado eran de tipo benigno, por lo que la operación sería suficiente para erradicar definitivamente la dolencia de Fernández.
"El estudio histopatológico definitivo (...) descartó la presencia de células cancerígenas", dijo el portavoz Alfredo Scoccimaro, al leer el parte médico.
Eduardo Faure, endocrinólogo especialista en la glándula tiroides
Cientos de simpatizantes de Fernández que se encontraba acampando en las cercanías del hospital Austral, donde la presidenta permaneció internada tras su operación, celebraron la noticia.
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