domingo, 1 de noviembre de 2009

Directamente desde Cuba, el Legendario Septeto Nacional.

El Septeto Nacional Ignacio Piñeiro, célebre y legendario intérprete del son cubano, se presentará en concierto exclusivo de Nueva York en el Centro Hostos para las Artes y la Cultura el sábado, 7 de noviembre a las 7:30 p.m. El Centro está localizado en el 450 del Grand Concourse (esquina Calle 149) en el Bronx.

El Septeto Nacional Ignacio Piñeiro es el ejemplar supremo de la tradición del son urbano, el género musical por excelencia de Cuba. Décadas antes de que se diera a conocer el Buena Vista Social Club, el Septeto interpretaba las composiciones de su tocayo, transformándolas en números clásicos del repertorio internacional del son.

La entrada al concierto en el Centro Hostos es $35. El número de teléfono de la bonetería es el 718-518-4455. Compra de boletos por Internet: www.hostos.cuny.edu/culturearts. Se acepta tarjetas de crédito.

Transportación al Centro Hostos: IRT 2, 4, 5, Bx1 y Bx2 hasta el Grand Concourse y la Calle 149 en el Bronx.
El Septeto Nacional fue formado en el 1927 por el primer “súper estrella” del son cubano, Ignacio Piñeiro. Nacido y criado en el barrio habanero de Pueblo Nuevo, Piñeiro fue el ejemplo supremo del sonero urbano. Inició su carrera musical como rumbero y fue un reconocido akpón, o vocalista de la tradición de la Santería.

Bajista, vocalista y compositor, Piñeiro fue el autor de Échale salsita, tal vez el son más popular en la historia del género y, según algunos musicólogos, el origen del término por el cual se conociera el género de la salsa. El tema recuenta una “noche aventurera” experimentada por el autor y su encuentro inesperado con una “butifarra olorosa” en un negocio nocturno. El tema fue apropiado por el compositor norteamericano George Gerschwin quien lo usó para introducir su composición Cuban Overture.

Suavecito, otro son de Piñeiro, expresa lo encantador que es el bailar un son con una pareja sin salirse del borde de un solo ladrillo. Su letra “el son es lo más sublime para el alma divertir,” se ha convertido en mantra para los fanáticos del son. Entre sus composiciones más populares están Esas no son cubanas, Bardo, Coco mai mai y No juegues con los santos, primera vez en que se trata el tema de la Santería en un son.

Muchos acreditan a Piñeiro por ser el primer arreglista en introducir la trompeta al sexteto, convirtiéndolo al formato de septeto que perdura hasta hoy. También lo acreditan por haber convertido al son en género aceptable en todas las clases de la sociedad cubana cuando, en 1928, Piñeiro lleva el septeto a la Exposición Mundial de Sevilla, donde gozan de un éxito rotundo. Hasta esa fecha, el son era música de los barrios obreros. Como el tango y el jazz, también era la música del prostíbulo y hasta mediados del los 1920 fue prohibido tocar el son en público en La Habana. Através del reconocimiento que recibió el septeto en la “Madre Patria,” llega a ser música aceptable en todas esferas de la sociedad cubana, desde las fritas hasta los “country clubs.”

Ahora, más de ocho décadas después de su fundación, el Septeto Nacional Ignacio Piñeiro es un tesoro cultural que interpreta un repertorio querido por un extenso público fanático de oyentes y bailadores a nivel internacional.


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