Algunos vecinos de Vinnitsa, en Ucrania, temen que el proyecto de convertir las ruinas de un búnker que Hitler usó durante la II Guerra Mundial en un museo transforme su ciudad en un foco de neonazis.
El proyecto del ayuntamiento ha causado tanto revuelo que el presidente Viktor Yanukovych ha pedido en una visita reciente a Vinnitsa, de unos 400.000 habitantes, que la cuestión sea dirimida en referéndum.
El museo tenía previsto abrir sus puertas en mayo, con ocasión del aniversario de la victoria sobre los nazis.
Pero activistas socialistas y comunistas locales consiguieron frenar los planes alegando que crear un museo así favorecería la difusión de la propaganda nazi.
La presidenta del comité regional del Partido Comunista, Lydia Zakusylova, asegura que tienen razones para creer que pasaría algo así.
"Ya antes, cuando solo había una señal de tráfico que indicaba la localización de Wehrwolf, había grupos de neonazis que se citaban para acudir al lugar", asevera.
"Teníamos que llamar a la policía, a las autoridades locales y a los miembros del partido para pararles los pies".
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