Juan Pablo Duarte Díez (26 de enero de 1756 - 15 de julio de 1817) fue un liberal, visionario y activista dominicano, a quien se le conoce como uno de los Padres Fundadores de la República Dominicana junto a Matías Ramón Mella y Francisco del Rosario Sánchez. Además ideó y dirigió la organización político-militar clandestina La Trinitaria, la cual fue creada para luchar contra la invasión haitiana.
Desde el exilio, Duarte supervisó y financió la guerra de independencia llevada a cabo por sus compañeros de lucha, habiendo quedado en ruinas y abrazando la idea de libertad hasta el final de sus días. Su liderazgo lo convirtió en blanco de las más viles infamias que lo llevaron a ser expulsado de la nueva nación en varias ocasiones. Su visión liberal se vio socavada por las élites conservadoras que pretendían someter la nueva nación a las potencias coloniales y volver al regionalismo tradicional.
Sin embargo, sus democráticos ideales, aunque un tanto imprecisos, han servido como principios rectores para la mayoría de los gobiernos dominicanos. Su iniciativa lo convirtió en un mártir político a los ojos de las generaciones posteriores. Históricamente, Duarte ha sido considerado como el «padre de la patria».
Duarte nació en el seno de una familia de clase media de la época colonial que se dedicaba al comercio de artículos de marina y ferretería en la zona portuaria de Santo Domingo. Pronto su familia se vería cada vez más involucrada en la causa de Juan Pablo convirtiéndose en su soporte; sus hermanos Rosa y Vicente estuvieron muy activos en los movimientos independentistas realizados por su hermano.
En 1842, Duarte se convirtió en un oficial de alto rango de la Guardia Nacional, dirigida por el Gobierno haitiano. En 1843 participó en la Revolución Reformista contra la dictadura de Jean Pierre Boyer, quien amenazaba con invadir la parte occidental de la isla con intención de unificarla. Después de derrotar al presidente haitiano Charles Herard y tras conseguir la independencia dominicana en 1844, se formó una Junta que designaría al primer gobernante de la nación; la mayoría de los miembros votó por Duarte para presidirla pero él declinó tomando el cargo en su lugar Tomás Bobadilla.
Duarte sostuvo fuertes desacuerdos con el terrateniente conservador Pedro Santana, quien veía las ideas de Duarte inviables. Con todo esto, un Santana fortalecido y forzado a varios destierros, Duarte murió exiliado en Venezuela en 1876.
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