En estos tiempos en que nos masacran con canciones mal escritas y peor cantadas, disfrutemos las letras de una gran canción, provenientes de un cantautor de altos vuelos, un artista irrepetible (Charles Aznavour) y susurremos a nuestros corazones, como para que nunca se nos escape la sensibilidad, lo que es una canción bien hecha.
Mario Diaz
La Bohemia
Bohemia de París, alegre, loca y gris, de un tiempo ya pasado
en donde un desván, con traje de Can-Can posabas para mí
y yo con devoción pintaba con pasión tu cuerpo fatigado
hasta el amanecer, a veces sin comer y siempre sin dormir.
La bohemia, la bohemia
era el amor, felicidad
la bohemia, la bohemia
era una flor de nuestra edad.
Debajo de un quinqué, la mesa del café feliz nos reunía
hablando sin cesar, soñando con llegar la gloria conseguir
y cuando algún pintor hallaba un comprador y un lienzo le vendía
solíamos gritar, comer y pasear alegres por París.
La bohemia, la bohemia
era jurar te vi y te amé
la bohemia, la bohemia
yo junto a ti triunfar podré.
Teníamos salud, sonrisa, juventud y nada en los bolsillos
con frío y con calor, el mismo buen humor bailaba en nuestro ser
luchando siempre igual con hambre hasta el final hacíamos castillos
y el ansia de vivir nos hizo resistir y no desfallecer.
La bohemia, la bohemia
era mirar y amanecer
la bohemia, la bohemia
era soñar con un querer.
Hoy regrese a París crucé su niebla gris y lo encontré cambiado
las lilas ya no están, ni suben al desván moradas de pasión
soñando como ayer rondé por mi taller, mas ya lo han derrumbado
y han puesto en su lugar abajo un café-bar y arriba una pensión.
La bohemia, la bohemia
que yo soñé su luz perdió
La bohemia, la bohemia
era una flor y al fin murió.
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