Servicios Informativos de “A la Brigandina”
Santiago.-Desde hace cierto tiempo en la República Dominicana interceptar llamadas telefónicas de cualquier índole ha estado a la orden del día. Muchos asuntos políticos, secretos, romances, declaraciones comprometedoras y otros detallitos son revelados por esa práctica deshonesta, que alimenta el morbo público y que por lo regular acude a cualquier tipo de chantaje.
El problema se agravó cuando el pasado 29 de diciembre, un alemán descubrió la codificación de los teléfonos GSM, por lo que cualquier persona puede bajar de Internet todos los códigos de comunicación del mundo, colocarlos en su computadora para detectar cualquier voz y acceder a su privacidad telefónica.
Al empresario del ramo de la tecnología digital, Francisco (Pancho) Rodríguez, le preocupa que la adquisición de los equipos para interceptar llamadas de celulares sea muy fácil y que aquí se haya convertido en un deporte nacional la intercepción de celulares.
En ese sentido, entiende que la solución más confiable a que se puede apelar es al método de la encriptación o cifrado de voz, para evitar la invasión a la privacidad telefónica, en especial cuando se trata de cuestiones de Estado, de salvaguardar la integridad de operaciones empresariales o que afecte a personas de mucho poder político, o económico.
El término no es manejado por la población todavía, y para contribuir a despejar dudas este caballeroso empresario expuso que la encriptación es colocar un signo, o varios de éstos, con una fórmula o función que te ayuda descifrar un contenido mínimo en otro amplio. Funciona como el cifrado, que hace ilegible información importante para que pueda ser leída mediante una clave.
Entrevistado en el programa “A la Brigandina”, que produce Idami Fernández y transmite cada sábado Alcatraz FM, el empresario señaló que la encriptación no es más que incluir un signo dentro de un grupo de éstos para ocultar algo y protegerlo de que sea leído, o copiado.
En la encriptación la voz se convierte en data con signos de voz, de un aparato a otro y cuando este último recibe la señal, la descodifica, según declaró, poniendo como ejemplo al Código Da Vinci, “que es una encriptación, o sea, una inscripción de palabras claves dentro de un texto, en este caso del código, que sería binario, o algorítmico”.
Agregó que en el caso de las escrituras se descifraba el texto, como pasó con Nostradamus, que quien tenía la forma de descifrar el código podía entonces descubrir el mensaje.
Ese sistema se usó durante las guerras, escenarios donde los mensajes eran enviados en clave, por transmisión en ondas de radio, emisiones de voz normal, de modo común, donde la palabra que tenía la tabla era la que contenía la clave del mensaje.
“Se ha hecho encriptación descifrable, enviados a través de correos electrónicos, que luego se descubrieron contenían palabras claves con el significado que se quería expresar”, indicó, manifestando un gran dominio del tema.
Rodríguez expuso que así es la encriptación tradicional y que incluso algunos sostienen que la Biblia tiene un código que se puede ir descifrando. Hay científicos que han descubierto ciertos patrones, en numerología, y añadió que no es lo mismo leer la Biblia hebrea que traducida al español o al griego.
Cuando se inicia una comunicación, los aparatos intercambian códigos y desaparecen tan pronto termina esa llamada, por lo que ésta nunca podrá ser descifrada.
Informó que la encriptación funciona igual que un fax, que convierte en tono una imagen que luego es revelada del otro lado. Por eso, si al enviar un fax alguien levanta el teléfono escucha un tono que no puede descifrar y lo mismo sucede a la inversa, no se puede enviar un mensaje de voz a través de un fax, pues este dispositivo recibe imagen, convierte en tono y la devuelve a imagen.
Puso a disposición de industriales y empresarios Cellcrypt, un producto de origen inglés, con sede en Londres y cobertura en 200 países, que por el momento se utiliza para proteger altos ejecutivos, compañías telefónicas, petroleras y similares, propietarias de altos volúmenes de negocios e inversiones. Asimismo, usan este sistema los ejércitos y organismos de seguridad y combate anticrimen.
Aquí radica la importancia que tiene Cellcrypt, para proteger la información de quienes manejen información vital, en el momento y el lugar en que se necesite. Esta consiste en una aplicación o software que se descarga e instala en el teléfono, no es un aparato adicional que hay que comprar.
Asimismo, aclaró que para poder instalar el dispositivo tiene que ser con sistema Blackberry o Symbian, en tanto que para los Iphones están desarrollando uno que probablemente tendrán disponible a mediados del presente año.
Rodríguez es el representante de Cellcrypt en nuestro país y para la encriptación de voz los interesados deben comunicarse al teléfono (809) 910-9311, dirigirse a Cellcrypt.com, en la Calle del Sol número 57, en Santiago de los Caballeros, o escribir al correo electrónico frodriguez@haglid.com
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