lunes, 21 de noviembre de 2011

El origen de las 7 silalbas más famosas (Las notas musicales)

Por Darío Holguín (Papá)

A través de los años, lustros, décadas y siglos miles de personas de todo el mundo han expresado estas 7 silabas: DO, RE, MI, FA, SOL, LA, SI. Ingenieros, doctores, escritores, obreros, campesinos, maestros, militares, políticos y todas las ramas del saber humano, en sus estudios primarios, secundarios y/o universitarios han tenido que “tararear” estas silabas mencionadas anteriormente. De todos ellos, son los profesionales de la música los que han tenido que enfrentarse a la difícil tarea de descifrar el complejo mundo de El arte de bien combinar el sonido con el tiempo”, expresado en un entramado sistema en el cual estas letras son predominantes.

De algo sí estamos muy seguro, y es que si usted hiciese a 100 músicos esta pregunta: De dónde viene el nombre de las notas musicales?, creemos que muy pocos podrían contestar correctamente. Lo digo porque en los años que me inicié en la música recibiendo nociones para ser bajista y más tarde emulando el estilo de mi ídolo Joe Nicolás, supimos de notas, sostenidos, bemoles, pentagramas, claves, tiempos, puntillos, octavas, cuartas, quintas, séptima, novena, solfeo, calderón, becuadro, redondas, blancas, negras, corcheas, semicorcheas, fusas, semifusas, armonía, etc., pero no recuerdo que nos hayan explicado el origen de las famosas 7 silabas.

Guido de Arezzo

Fue en el pequeño diccionario Larousse donde encontré esa información hace más de 30 años, la cual hemos venido ampliando luego, por la magia de la tecnología moderna para adquirir conocimientos. Antes de dar término a este escrito quise consultar con un experto y lo hice llamando al maestro Miguelito Leclerc, quien corroboró los planteamientos que desarrollamos en este trabajo.

Guido de Arezzo o Guido Aretino fue el monje benedictino, teórico musical y figura central de la música de la Edad Media junto con Hucbaldo (840 - c. 930). Nació en Arezzo (Toscana) el año 991/992 y falleció en Avellano después de 1033. También era conocido como Güido Aretinus o Güido Mónaco (el monje Guido).

Perfeccionó la escritura musical con la implementación definitiva de líneas horizontales que fijaron alturas de sonido, cercano a nuestro sistema actual y acabando con la notación neumática (La notación neumática es el sistema de notación musical usado a partir del siglo XI para indicar los desarrollos melódicos del repertorio de cantos gregorianos)

Finalmente, después de ensayar varios sistemas de líneas horizontales se impuso el pentagrama griego: cinco líneas. Su obra Micrologus (En ella se describe el canto y la práctica docente del canto gregoriano y recoge un considerable debate sobre la composición de la música polifónica), fue el segundo tratado sobre música con mayor difusión en la Edad Media tras las obras de Boecio. Los estudiosos datan su Micrologus art en 1025 o 1026.

Pasó sus primeros años de estudio en la abadía de Pomposa, en la costa adriática, cerca de Ferrara. Ingresó como maestro en la escuela catedralicia de Arezzo, donde sobresalió en la enseñanza del arte vocal y escribió su tratado principal, el Micrologus de disciplina Artis Musicae. Durante su estancia se percató de la dificultad de los cantantes para recordar los cantos gregorianos, e inventó un método para enseñar a los cantantes a aprender los cantos en poco tiempo. Este método pronto se hizo famoso en todo el norte de Italia. Sin embargo, la hostilidad de los monjes del monasterio le obligó a marcharse a Arezzo, ciudad que no contaba con abadía, pero que tenía un numeroso grupo de cantantes con falta de aprendizaje.

En su estancia en Arezzo, desarrolló nuevas técnicas de enseñanza, incluyendo el tetragrama (pauta musical de cuatro líneas), precursor del pentagrama, y la escala diatónica.

Guido de Arezzo es el responsable de los nombres de las notas musicales. En la Edad Media, las notas se denominaban por medio de las primeras letras del alfabeto: A, B, C, D, E, F, G (comenzando por la actual nota la).

En aquella época solía cantarse un himno a san Juan el Bautista —conocido como Ut queant laxis— atribuido a Pablo el Diácono, que tenía la particularidad de que cada frase musical empezaba con una nota superior a la que antecedía.

Guido tuvo la idea de emplear la primera sílaba de cada frase para identificar las notas que con ellas se entonaban. El texto de la primera estrofa, en latín, de este himno rezaba así:

Ut queant laxis, = Para que puedan

Resonare fibbris, =Con toda su voz

Mira gestorum, =Cantar tus maravillosas

Famuli tuorum, =Hazañas estos tus siervos

Solve polluti, =Deshaz el reato de

Labii reatum, =Nuestros manchados labios

Sancte Ioannes. =! Oh, bendito San Juan

La estrofa: “Para que puedan con toda su voz cantar tus maravillosas hazañas estos tus siervos, deshaz el reato de nuestros manchados labios, oh, bendito San Juan”.

Reato=Ofensa

Guido de Arezzo denominó a este sistema de entonación solmisación (en latín, solmisatio), (Designación de las notas de las escalas musicales por medio de sílabas) y más tarde se le denominó solfeo. Posteriormente, en el siglo XVII, Giovanni Battista Doni sustituyó la nota UT por DO, pues esta sílaba, por terminar en vocal, se adaptaba mejor al canto. Aunque mi opinión particular sobre esta acción es, que aprovechó la sílaba inicial de su apellido Doni para nombrar esta nota. También mucho más tarde, a finales del siglo XVI, fue introducida por Anselmo de Flandes la séptima nota, que recibió el nombre de SI (de Sancte Ioannes). Los países donde no llegaron los músicos latinos siguieron con el antiguo sistema de las letras del alfabeto, tal es el caso de los países anglosajones, Alemania, los países escandinavos, etc. Probablemente, este método está basado en su trabajo en Pomposa, pero el antifonario que escribió allí no se conserva (Libro litúrgico de los cristianos de Occidente que contiene las antífonas y los responsorios que se cantan o se rezan en la misa u otros oficios religiosos). Sin embargo, el Micrologus, escrito en la catedral de Arezzo, contiene el método de enseñanza que desarrolló. Dada la importancia de Guido debido a sus grandes aportes, El papa Juan XIX le invitó a Roma. Posiblemente fue en 1028, pero pronto tuvo que volver a Arezzo debido a problemas de salud, ahí permaneció, y murió en avellana.

DO, RE, MI, FA, SOL, LA SI; las silabas que conforman una de las “industrias” que han generado mayores riquezas económicas a nivel mundial; responsables de grandes amores, desamores, satisfacciones, penas, alegrías, ídolos, inmortales, etc. En conclusión son parte de la vida misma.!!!!!!!Que viva la música!!!!!!.

Tomado del blog de Joseph Cáceres

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