domingo, 20 de noviembre de 2011

Cómo China puede salvar a Occidente

Ian Morris, historiador, Universidad de Stanford

Para la BBC

En octubre de 1911, China se sublevó en la Revolución de Xinhai. Cuatro meses después, su último emperador había caído y los financieros europeos se abalanzaron a Pekín, ansiosos por financiar la nueva y quebrada república.

En octubre de 2011, otro financiero europeo fue a Pekín. Pero Klaus Reging, director del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, no fue a prestarle dinero a China. Fue a que le prestaran, a pedirle a China que salvara a Europa del desastre económico.

En apenas un siglo, China ha pasado de ser un caso perdido desde el punto de vista económico a ser el banquero del mundo, y Europa ha hecho el mismo viaje en la dirección opuesta.

Es uno de los mayores reveses de la historia. ¿Cómo ocurrió? Y, más importante, ¿qué significa?

El giro es parte de una historia mucho más larga.

Un mundo cada vez más pequeño

Empieza alrededor de 1600, cuando China era la nación más rica del planeta y los europeos, deseosos de comerciar con China, estaban construyendo nuevos tipos de barcos.

Durante miles de años, el Océano Atlántico había sido una barrera que separaba a Europa del resto del mundo, pero las nuevas naves europeas "encogieron" el mar, tornándolo en una carretera comercial. Para 1700, los recursos de América eran el combustible del lanzamiento europeo.


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