A la verdad que cada día se entiende menos a los llamados líderes dominicanos, a las figuras del país que están en todas menos en misa, la cursilería ha llegado tan lejos que es risible el asunto del sazonado divorcio del General Soto Jiménez con la "figurerita" de Luz García "La Ex Mega diva" hasta que llegó el General y la puso donde el capitán la chequeara.
Para los que hemos seguido la trayectoria de este ex hombre fuerte del gobierno de Hipolito, cuando se casó con García, en ese mismo momento el país perdía una pieza presidenciable para venir a engordar el mundo de la "chismografía farandulera", perdiéndose el caché y el calibre del que bien pudo ser el heredero de Omar Torrijos pero en dominicana, porque reunía hasta ese momento las cualidades, pero al llegar a la falsaria farandulera, ahí "Se comió un M....con cebolla"
A ver? que de malo tiene que este hombre se divorcie o que importancia tiene magnificar esta separación, la historia establece que en el mundo latino grandes escritores eclesiásticos aceptaron el divorcio en casos extremos: Tertuliano, Lactancio, San Hilario de Poitiers, el Ambrosiaster, San Cromacio, San Avito y San Beda el Venerable entre los siglos III y VIII. Los testimonios de San Jerónimo y San Agustín se ha averiguado que no eran contrarios a él en forma absoluta. San Agustín dice en su obra De fide et operibus que el que se divorcia de su mujer, y se casa con otra, sólo "comete una falta leve".
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