
Es considerado uno de los directores de cine más importantes del país, que supo dejar su sello propio en el séptimo arte nacional y generó un fenómeno de culto en torno a sus películas. "Definir a Favio sería maniatarlo y él quería ser libre", dijo Alfredo Alcón, protagonista de una de sus películas, Nazareno Cruz y el lobo, en diálogo con Radio Del Plata. El mundo del espectáculo lo rindió tributo a través de los medios inmediatamente después de conocer la noticia. Susana Giménez, Graciela Borges, Edgardo Nieva, Paula de Luque, entre muchos otros, lo recordaron con afecto.

Durante la realización de su película Perón, sinfonía del sentimiento, fue diagnosticado con una rara enfermedad que lo llevó a replantearse muchas cosas sobre el paso del tiempo, tema al que se refirió en varias ocasiones: "Le tengo terror. El tiempo es un verdugo que te espera, inapelable. Por eso, la lucha estéril de la gente que tiene que salir en la televisión me da pena. Me gusta, en cambio, la vida en los pueblos: cómo todos van envejeciendo al unísono, no lo perciben, y como no salen en la TV, no necesitan de esa lucha desigual contra la naturaleza."
Leonardo Favio nació el 28 de mayo de 1938, en Luján de Cuyo, Mendoza, y recibió el nombre de Fuad Jorge Jury, que luego cambió para dedicarse al arte. Sus primeros pasos los dio en el radioteatro, como joven actor. Desde el momento en que comenzó a formarse en este rubro supo que seguiría por ese camino y comenzó a buscar la manera de destacarse en varias artes.
Fue cantante y compositor, uno de los grandes precursores de la balada romántica argentina que hacía furor en las décadas del 60 y 70. Grandes hits como "Fuiste mía un verano" y "Ella ya me olvidó", nacieron con su voz. A lo largo de su vida, lanzó 25 discos. El último, en 2011, una colección de sus máximos hits.
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