Luego de la dura realidad que enfrentan cerca de 800,000 jóvenes indocumentados en todo Estados Unidos tras el fin de DACA, un nuevo grupo de inmigrantes ve con gran temor su futuro migratorio.
El Estatus de Protección Temporal, programa conocido como (TPS), es la próxima gran batalla de inmigración en EEUU.
El TPS es un programa de alivio migratorio que permite a ciertos extranjeros permanecer en EEUU porque el gobierno estableció que sus países de origen son demasiado peligrosos para volver, ya sea debido a guerras civiles, desastres o epidemias ambientales.
Este alivio migratorio está destinado a ser temporal, pero muchos de los países designados han tenido sus crisis durante años, lo que ha resultado en que ciertos grupos de inmigrantes hayan permanecido en EEUU durante décadas.
Es así como la administración Trump debe decidir si renueva estas protecciones a países como Haití, Honduras, Sudán del Sur, El Salvador y Nicaragua, alivios migratorios que vencen entre Noviembre de este año y Septiembre de 2018.
Sin embargo tras el anuncio de Trump de acabar con DACA y del anuncio del Departamento de Seguridad Nacional sobre el TPS para inmigrantes haitianos, el miedo es el común denominador.
.En mayo DHS anunció que sólo extendería el TPS para los cerca de 50,000 inmigrantes haitianos por seis meses más, hasta el 22 de enero de 2018, terminando así con la extensión de 18 meses que usualmente otorgaba, dando a entender que el futuro del programa está en la cuerda floja.
Ahora los salvadoreños, hondureños y nicaragüenses beneficiados por el TPS temen que una vez llegue esa fecha, el presidente Trump elimine el TPS para los haitianos y que eventualmente haga lo mismo con ellos.
De El Salvador hay 205,000 inmigrantes amparados con el TPS, 30,000 de Honduras y menos de 10,000 de Nicaragua.
Para Honduras y Nicaragua el TPS se vence el próximo 5 de enero de 2018, mientras que para inmigrantes de El Salvador el fin del programa está para el 9 Marzo del 2018. Usualmente el gobierno anuncia las extensiones del TPS 60 días antes de su vencimiento.
Lo que preocupa es que Donald Trump ha sido especialmente duro con los inmigrantes de Centroamérica en declaraciones públicas, culpándolos de la violencia de la pandilla MS-13, la cual tiene una gran presencia en territorio de EEUU. Este factor aumenta la preocupación de los inmigrantes centroamericanos amparados con el TPS.
Por su parte un análisis del Centro de Recursos Comunitarios para Inmigrantes, que aboga por políticas pro-inmigración, encontró que la deportación de todos los inmigrantes amparados con el TPS le costaría al país $3.1 mil millones de dólares.
Además la terminación del programa le quitaría a EEUU cerca de $6.9 mil millones de dólares en impuestos que pagan estos inmigrantes beneficiarios del alivio migratorio.
En total el estudio estima que en un década el producto interno bruto de EEUU perdería $45.2 mil millones dólares por la salida de todos los beneficiarios del TPS.
A medida que se acerca la hora de la toma de decisiones por parte del gobierno sobre el futuro del TPS grupos radicales del partido republicano, los cuales empujaron al presidente a tomar la decisión de acabar escalonadamente con DACA, están ejerciendo desde ya una fuerte presión sobre el gobierno para que de igual forma ponga fin al programa de Estatus de Protección Temporal, TPS.
Tomado de MSN