Di Blasio es considerado uno de los mejores pianistas contemporáneos, pero más allá de su indiscutible talento, de la rápidez con que puede interpretar sus icónicas piezas, las cuales han dando la vuelta al mundo, una de las razones que lo han convertido en uno de los artistas más queridos de su género es su sencillez y su gran sentido del humor. Ha sabido ganarse el cariño de la gente, por eso no resulta extraño que visite con regularidad nuestro país; aquí se siente muy querido.
Esta noche ofrece su concierto en el Teatro Nacional, para el cual ha ideado un amplio programa con melodías representativas de la cultura popular latinoamericana, sin dejar de lado los éxitos que han marcado su carrera.
¿Recuerda usted la primera pieza que tocó?
Sí, se llama “Asturias”, de Isaac Albéniz. La interpreté en un concierto a la edad de 12 años.
De las que interpreta, ¿cuál es muy especial?
“Corazón de niño” es una de ellas, por la manera en que la compuse, por lo trascendental que ha sido. Describe el momento en que presenciaba el ultrasonido que le realizaban a mi mujer, embarazada de mi hijo Stefano. Me llamó la atención un sonido particular, por lo que le pregunté al médico sobre el mismo, a lo que me respondió que se trataba del corazón de mi niño. Sin embargo, muchas veces la canción favorita del público no es la del compositor. El que compone siempre tiene una especial. En mi caso, creo que “Otoñal” es la indicada, quizás poco conocida pero muy sentimental. Por lo general me gustan más las canciones creadas por otros que las propias.
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