
Juan Pablo Duarte era joven, educado, un auténtico nacionalista, y el hombre que ayudó a dirigir e inspirar la Guerra de la Independencia de 1844. Duarte, junto con varios liberales dominicanos fundó una sociedad secreta en 1838 llamada La Trinitaria. Fue nombrada así porque sus nueve miembros originales se habían organizado en grupos de tres. Cada grupo iba reclutando adeptos, mantenimiento estricto secreto, con poco o nada de contacto directo entre sí, con el fin de minimizar la posibilidad de ser detectados por las autoridades haitianas. Rápidamente iban llegando muchos reclutados al grupo, pero fue descubierta y obligada a cambiar su nombre a La Filantrópica. Sin embargo, continuaron conspirando contra los haitianos.

El 24 de febrero de 1844, los principales miembros de La Trinitaria, se reunieron esa noche clandestinamente en casa de Francisco del Rosario Sánchez, para acordar definitivamente los planes y poner fecha inmediata a la independencia. El 25 de febrero, ya todos los planes estaban listos para ser ejecutados, por lo que de inmediato fueron despachados los correspondientes emisarios hacia las diversas regiones del país, con el claro propósito de dar a conocer las decisiones tomadas por el grupo que se reunió clandestinamente en casa de Sánchez.
El 27 de febrero de 1844, los rebeldes, liderados por Sánchez tras la ausencia de Duarte quien había pedido a su hermano Vicente Celestino dar apoyo en su lugar, tomaron la Fortaleza Ozama en la capital Santo Domingo. La guarnición de Haití, tomada por sorpresa y aparentemente traicionada por uno de sus centinelas, se retiró. Otro grupo de insurgentes, liderados por Matías Ramón Mella llegaron hasta la Puerta de la Misericordia donde Mella disparó el legendario Trabucazo de la Independencia, al sonido del cual Sánchez inmediatamente izó la nueva bandera dominicana, gritando todos al unísono el lema ¡Dios, Patria y Libertad!. La independencia ya no se podía negar y después de muchas luchas, la República Dominicana había nacido. Se había establecido una forma de gobierno republicano, en un pueblo libre que rechazaba cualquier imposición extranjera, y que, a través del proceso de votación, podría dar lugar a una democracia donde todos los ciudadanos, en teoría, eran iguales y libres.
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