Valeria Perasso
BBC Mundo, Los Ángeles
Fue la fiesta de las no sorpresas, la celebración de lo previsible: en los Oscars 2011, nada se salió del libreto y el pronóstico.
Con la coronación de "El discurso del rey" como mejor película del año, la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos puso fin a la ceremonia del teatro Kodak de Hollywood, el domingo.
Ya lo habían anticipado los críticos, que tenían como favorito al drama de época basado en la figura de Jorge VI, conocido familiarmente como Bertie, tartamudo rey de Inglaterra durante la época en declararon la guerra a la Alemania nazi.
También habían asignado –con certeza adivinatoria propia de los conocedores de la industria cinematográfica– el premio al mejor actor al británico Colin Firth, quien le puso el cuerpo al personaje principal de "El discurso del rey" y el domingo reeditó el triunfo de los Globos de Oro y de los premios del sindicato de actores.
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