lunes, 20 de enero de 2014

Dominicanos en NY reafirman su fe en la Virgen de la Altagracia


         Por Adalberto Domínguez
 
NUEVA YORK.-La devoción a la madre de Jesucristo y el patriotismo de los dominicanos residentes aquí se pusieron de manifiesto durante la misa principal de las festividades de la Virgen de la Altagracia, oficiada por el obispo de la diócesis de Puerto Plata, monseñor Julio César Corniel Amaro, y concelebrada por varios sacerdotes en la Catedral San Patricio, con la presencia de la vicepresidenta Margarita Cedeño de Fernández y el cónsul general en esta ciudad, Luis Lithgow.

          En el acto religioso, en el que se interpretaron los himnos estadounidense, dominicano y el dedicado a la Virgen, monseñor Corniel Amaro hizo referencia a los valores morales de la familia, el deber de los padres de darle una buena educación a sus hijos, el fortalecimiento de la fe, y la necesidad de que los seres humanos auspicien siempre un clima de amor y paz entre ellos.

         Cientos de dominicanos de distintas parroquias de los condados de Queens, Manhattan, El Bronx y Brooklyn participaron de la misa y en varias ocasiones enarbolaron en pequeñas astas la bandera de su país, donada por el Consulado, y al concluir la misma muchos quisieron retratarse junto a la vicepresidenta Cedeño de Fernández y el cónsul Lithgow.

           “La verdad es que quiero felicitar al comité organizador por esta iniciativa que ha venido desarrollándose desde hace ya más de una década”, dijo la vicepresidenta dominicana.

            Recordó que participó en el 2010 “en ocasión también de la misa especial que hicimos con nuestros hermanos haitianos a partir del terremoto –de 7 grados en la escala Richter- que desgraciadamente azotó a Haití”, provocando las muertes de miles de personas y otras tantas desaparecidas.

             “Y estamos aquí,  ya en mi condición de Vicepresidenta y cada año espero que pueda, pues asistir, estar aquí con todos ustedes, con mis queridos dominicanos y dominicanas de esta gran urbe de Nueva York, esta gran manzana, y que así como esa manzana roja, pues es tan apetecida, así mismo es ese corazón rojo de María, y ese corazón lleno de amor y henchido de emoción y de bendiciones, como dominicanos, porque siempre lata por nuestra patria y por nuestra madre protectora”, precisó.

            De su lado, el cónsul general de la República Dominicana en esta metrópoli dijo que la misa que tuvo como celebrante principal a monseñor Corniel Amaro y como invitado especial a Josu Iriondo, vicario del Ministerio Hispano y obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Nueva York, “es un evento muy significativo que realza los principios cristianos de nuestro pueblo dominicano”.

             Aprovechó la ocasión para “en nombre del Consulado y el mío propio, brindarle un abrazo fraternal a cada uno de los hermanos dominicanos en lo que sería la apertura de la celebración del Mes de la Herencia Dominicana, durante el cual se realizan numerosas actividades”.

           Lithgow agradeció la participación de cientos de sus connacionales que -no obstante las bajas  temperaturas invernales- hicieron acto de presencia en la Catedral San Patricio, localizada en la Quinta Avenida con esquina calle 51, en Manhattan, y exhortó a los católicos residentes dentro y fuera de su patria a preservar su devoción a la Virgen de la Altagracia.

           Durante la misa, en la que estuvieron presentes el senador Adriano Espaillat, en representación del distrito 31; y la asambleísta estatal Gabriela Rosa, representante del distrito 72, la vicepresidenta Cedeño de Fernández y el cónsul  Lithgow presentaron las ofrendas ante el altar, siendo recibidas por monseñor Corniel Amaro.

          José Crisóstomo, presidente del Comité Altagraciano de Nueva York, dio las gracias desde el púlpito a nombre de los organizadores de las distintas actividades conmemorativas de la Virgen de la Altagracia, al festejarse su día este martes 21 de enero en la nación dominicana.

           La misa fue concelebrada, además, por monseñor Gabriel La Paz y otros pastores de iglesias de la República Dominicana y de aquí, y marca el inicio de la celebración del Mes de la Herencia Dominicana, que incluye eventos organizados por instituciones profesionales, culturales, sociales, deportivas, educativas y religiosas, integradas por dominicanos.


 

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