Por Juan Colón
Mis dos hijos los cuales se necesitaron muchas horas, semanas, meses y años de preparación previa para pasar de la rigidez a la fluidez.
Trabajar las escalas mayores y menores en especial y los arpegios de CM, CM7, C7, Cm7, Cdim7, en todas las tonalidades y lograr fluidez total en velocidades de 135-160 las velocidades propias del merengue.
Existía una razón fundamental, tocar la música de un virtuoso y complicarla con ponerle tres voces adicionales, en vez de un solo Saxo Alto, agregarle un segundo Alto y dos tenores algo que complicaba mucho más el trabajo.
Por eso le brindo mi mayor grado de respeto, admiración y gratitud a esos jóvenes Colombianos y Costarricenses que se entregaron en cuerpo y alma al igual que cuando lo hicieron en el 2018 con la primera versión del concurso latinoamericano del saxofón.
En un gesto de agradecimiento y gratitud por siempre.
En mi corazón todos son ganadores, todos mostraron grandes dosis de talento, perseverancia, concentración y disciplina.
Todos tienen un gran porvenir en sus vidas y pueden mostrarle al mundo que no hay límites para soñar.
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