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Pedro Armendáriz no le gustaban los hospitales, solían ponerlo triste y nervioso. Sin embargo, ese mediodía del martes
18 de junio de 1963, su habitación en el ala de oncología, en la cuarta planta del Hospital de la Universidad de Los Ángeles, California, (hoy
Centro Médico Ronald Reagan) en Westwood, le parecía casi acogedora. Su familia se había encargado de llenarle el lugar con flores, en un intento de alegrarlo y mejorar su humor. Desde su cama, podía ver el cielo azul de primavera y tenía varios libros en su mesita de noche.
Pero no podía leer. Tampoco había podido dormir. Durante el rodaje de
'Desde rusia con amor', la segunda cinta de
James Bond en la que había participado con un rol coestelar, había sufrido terribles dolores en sus huesos y le habían diagnosticado cáncer de cadera, mientras filmaba en Estambul y Londres. Había regresado a México muy desmoralizado, pero no sin concluir la participación de su personaje,
'Ali Kerim Bey', el principal aliado del Agente 007 en la trama. Para él era importante no solo por su compromiso profesional, sino también por el sueldo que iba a percibir por la cinta, y que le permitiría dejar una seguridad económica para su familia.
Pedro abrió discretamente el cajón de su mesilla de noche. Ahí estaba escondida una pistola
Magnum 357 que había metido al hospital, oculta entre sus pertenencias. Fijó sus ojos verdes en ella. Era el momento de decisión, no tardarían en llegar su esposa y el médico.
Destino fortuito
De recia personalidad y una voz muy característica, Pedro Armendáriz se erigió como uno de los más grandes galanes de la época de oro del cine mexicano. Junto con
Jorge Negrete y Pedro Infante, conforma el trío de figuras masculinas más emblemáticas de esa época.
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