LA HABANA, CUBA. John Reed publicó en 1917 “Diez días que estremecieron el mundo”. Johnny Ventura, en diez días con sus noches, estremeció a Cuba.
El esperado merenguero dominicano hizo cuatro presentaciones multitudinarias en teatros. Dos de ellas en el Teatro Heredia, en Santiago de Cuba, con el espectáculo “La Gallera”, las otras en el teatro Karl Marx de La Habana. El Heredia, con capacidad para 2,500 personas, sobrepasó ampliamente esa cifra las dos noches. El Karl Marx, con capacidad para 6,000, fue repleto viernes y sábado. Las muestras de cariño hacia Johnny Ventura fueron no solamente dentro de los teatros, con aplausos, coros, y bailes, sino en las calles, las plazas y hasta en los aviones. Todo el mundo quería fotografiarse, tocar, decirle una frase de bienvenida al merenguero más conocido en Cuba.
Esas ovaciones, tanta complicidad, pasaron por el público de a pie, los dirigentes y hasta los familiares de grandes artistas como Benny Moré, Celia Cruz y Barbarito Diez, a quienes tanto admiró el hijo de Quisqueya.
En Radio Progreso
Entre las visitas más entrañables para el popular merenguero se encuentran las realizadas a Radio Progreso, emisora que escuchaba durante su niñez y adolescencia, y sobre la cual dijo que en aquella época se escuchaba en Santo Domingo como una emisora local.
Las emociones vividas allí por Johnny le hicieron “llorar como un niño”, tal y como dijo en rueda de prensa.
“Se agolparon en mí, tantos recuerdos de mi infancia y tantas emociones, que no me fue posible aguantarme y lloré como un niño”.
En Radio Progreso, adonde llegó sin previo aviso, se encontró al famoso cuadro de comedia de
“Alegrías de Sobremesa”, un programa con más de 50 años en el aire, entre ellos, los populares actores de cine, radio, teatro y televisión, Mario Limonta y Aurorita Basnuevo, quienes junto a otros artistas, quisieron posar con el músico dominicano.
Tributo a Benny Moré
El pasado domingo, Johnny Ventura se desplazó hacia la población de Santa Isabel de las Lajas, en la centrosureña provincia de Cienfuegos, adonde quiso viajar para visitar la tumba de su ídolo, Benny Moré.
El viernes, después de su debut en La Habana, había recibido la visita en el camerino de una de las hijas del también llamado Bárbaro del Ritmo.
Sobre Moré, Johnny había confesado en rueda de prensa, que nunca había cantado nada de su repertorio, porque sería “una mala caricatura” del gran cantante cubano, que fue su inspiración, y a quien hizo coros durante la visita de aquél en la capital dominicana a fines de la década del 50 del pasado siglo, cuando justamente Ventura estaba en sus inicios.
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