sábado, 13 de julio de 2013

En Acroarte se pedió la magia

Por Amerfi Cáceres

Esto que ahora escribo lo vengo analizando desde hace ya mucho tiempo y si no me atrevía a externarlo, ha sido, porque siempre he creído que los trapos sucios se lavan en casa, pero esto deseo que mis compañeros  lo piensen, y para ello es necesaria su publicación.

Tal vez muchos no estén de acuerdo, pero la gran mayoría de seguro que si lo estarán.


Es cierto que tenemos una casa después de estar tantos año en casa de buenos parientes,  la del Colegio Dominicano de Periodistas, CDP, quienes por mucho tiempo nos dieron asilo y en donde fuimos muy felices, porque aunque ahora ésta sea nuestra, la confraternidad que teníamos ya no es la misma.


Muchos cronistas se han ido alejando de la institución por diversos motivos, algunos han fallecido y la hermandad y solidaridad tampoco se ha dejado sentir por parte de los que quedamos.  

ACROARTE NECESITA URGENTEMENTE esa magia de ataño, ese compartir de los hijos de los cronistas, esa convivencia que hacia de ACROARTE un verdadero gremio que reúne a sus colegas.  No podemos seguir perdiendo la sensibilidad, sus miembros, la gran mayoría hombres y mujeres, de escasos recursos también ameritan atención.

Ya ACROARTE no es la misma.  Extraño esas reuniones que hacíamos en salones de diferentes hoteles, en donde la asistencia era masiva.   Echo de menos esos cursos que se hacían en un salón de la Cervecería Bohemia, en el mismo Colegio Dominicano de Periodistas, en donde pasábamos todo el día en convivencia, y aunque nos advertían que no llevaran niños, estos también iban a coger sus charlas y llevar a su casa un diploma, ( jajajaja, quee lindos tiempos) y los maestros eran los mejores vocalistas,  oradores, músicos, cineastas, y un sin numero de profesionales que se ofrecían para enseñarnos a evaluar mejor a los futuros ganadores de un galardón. 


Además, como no añorar ver esos listados llenos de firmas, por la asistencia de todos los colegas. Se podían contar con los dedos de una mano a quienes faltaban. Desde años a la fecha, el caso es otro, ya la lista con los nombres de los miembros de mi adorada ACROARTE luce limpia, los dueños de cada nombre ya no firman la página, no están asistiendo a las asambleas, ya no hay charlas, no hay pasadías, salvo día de las madres y padres y son menos cada vez los que participan en cada uno de estos encuentros, que se logran con mucho afán.

ACROARTE  no debe seguir existiendo solo para un premio en donde los menos importantes somos precisamente la membresía, quienes nos pasamos meses afanando para que todo salga bien y somos los que menos disfrutamos del mismo, salvo su Presidente y pareja de cada gestión.


ACROARTE necesita seguro médico y  precisa muchas cosas, pero algo que no cuesta dinero, ni trabajo, solo un mínimo esfuerzo por parte de quienes toman el timón del gremio, HUMILDAD para lograr la unificación.

QUE VIVA ACROARTE, PERO UNIDA!!!

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