En gran medida está siguiendo los pasos y el estilo de gobierno presidente Danilo Medina, con sus visitas sorpresivas a los pueblos, con el fin de conocer de primera mano sus carencias, y adoptar las medidas necesarias para resolver los problemas.Nunca antes un ministro de Cultura había hecho algo parecido.La designación en el cargo había caído siempre en escritores e intelectuales que se mantenían siempre entre cuatro paredes y raras veces emprendían actividades fuera de su marco conceptual, rigiéndose talvez por un concepto hasta cierto punto clasista y elitista de la cultura.
Y cultura es todo. No solo la música clásica, la literatura, la plástica, las artes escénicas, la escultura.
El merengue, la bachata, los ritmos urbanos son parte de la cultura de nuestro pueblo, y deben ser acogidos como expresiones con valores ponderables en cualquier gestión cultural.
Es a esa gente a la que debe estar dirigida el grueso de los aportes de un ministerio como el de Cultura, y eso por lo visto lo entiende muy bien Jose Antonio Rodríguez, quien en apenas un año ha hecho un trabajo digno de admiración y apoyo.
Y qué bueno que un artista sea el que haya asumido con tan buen desempeño esa tarea.
Vayan para él nuestros parabienes y solidaridad con su gestión.
Felicitaciones.
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